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Desde Chiapas, “en el dolor y en la rabia”

Durante la tarde del 22 de octubre, en las orillas de la carretera que lleva de San Cristóbal de Las Casas al Caracol de Oventic –una de las cinco sedes del gobierno autónomo zapatista- grupos de bases de apoyo del EZLN enseñaban a los carros en transito sus mantas y pancartas. Pedían libertad para los dos presos yaqui, la presentación con vida de los 43 estudiantes desaparecidos por la policía municipal y el crimen organizado, y el castigo para los responsables. 

“Su dolor es nuestro dolor, su rabia es también la nuestra”, se leía en las mantas que adornaban las orillas de las carreteras de Chiapas, la misma consigna que los zapatistas llevaron en las calles de San Cristóbal de Las Casas el 8 de octubre pasado, cuando por primera vez se sumaron a la convocatoria de movilización mundial en solidaridad con los estudiantes de Ayotzinapa. Entonces marcharon en silencio en la ciudad colonial chiapaneca, como ya habían hecho en mayo de 2011 para manifestar en contra de la guerra al narcotráfico del gobierno de Felipe Calderón.

Una vez más en silencio, y en actitud de rezo, el pasado 22 de octubre los zapatistas se reunieron alrededor de pequeñas velas blancas que tardaron en prenderse por el viento que soplaba levemente en los Altos de Chiapas, curiosamente no hundidos en la niebla. “Aunque pequeña, nuestra luz será una forma de abrazar a quienes hoy hacen falta y a quienes su ausencia duele” -señaló el vocero del EZLN en su comunicado- “Que esa luz muestre que no estamos solos en el dolor y en la rabia que visten los suelos del México de abajo. Porque es con rabia y rebeldía, y no con resignación y conformismo, como abajo nos dolemos”.

“A la orilla de carreteras, caminos de terracería, caminos de extravío y brechas, los pueblos zapatistas uniremos nuestra indignación a la de nuestros hermanos de Ayotzinapa y al Heroico Pueblo Yaqui”, escribe el Subcomandante Insurgente Moisés en un comunicado del lunes pasado. Con su mensaje, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) manifiesta su adhesión a las movilizaciones que se llevaron a cabo el pasado 22 de octubre, en unas cien ciudades de todo el mundo, en solidaridad con los estudiantes asesinados y desaparecidos en Ayotzinapa (estado de Guerrero) el pasado 26 de septiembre. Con su iniciativa, los zapatistas quisieron expresar también su apoyo a Mario Luna Romero y Fernando Jiménez Gutiérrez, activistas del estado de Sonora que han sido detenidos por su lucha en defensa del agua del pueblo indígena yaqui, al que pertenecen.

Al mismo tiempo que en territorio zapatista las bases de apoyo prendían sus luces, nueve ciudades de Chiapas estaban marchando y encendiendo sus velas para los estudiantes asesinados y desaparecidos en Guerrero. En la capital Tuxtla Gutiérrez, estudiantes, maestros y sociedad civil se manifestaron vestidos de negro bajo una lluvia tenaz portando fotos de los estudiantes desaparecidos, mientras que en San Cristóbal de Las Casas la movilización atravesó el centro hasta la plaza de la catedral.

“Ahora no fueron los campesinos, ahora fueron los estudiantes conscientes y combativos, Hoy nos declaramos en huelga y en pie de lucha, la Coordinadora de Estudiantes del Estado de Chiapas (CENECH) tomó sus instalaciones en apoyo a los normalistas de Ayotzinapa”, anuncia un normalista que participó en la movilización en San Cristóbal de Las Casas. Desde el lunes 20 de octubre, las 19 escuelas normales de Chiapas iniciaron un paro laboral que no se acabará hasta que el estado mexicano presente con vida a los 43 desaparecidos y detenga a los autores intelectuales del crimen.

Artículo publicado por el Programa de las Américas el 25.10.2015

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